Page 89 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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Galimberti en representación de la embajada de Irán. Daniel Zverko,

        quien manejaba las importantes finanzas del grupo e integraba el consejo

        editorial de Jotapé, mantenía frecuentes contactos con Elía y con Mohsen

        Rabbani, el agregado cultural de la embajada iraní cuyo nombre se haría

        público como sospechoso tras el atentado a la AMIA.                    [12]
          Frente al tono amenazante que levantaba este sector político a través de

        la revista, la DAIA presidida por David Goldberg se dirigió oficialmente al

        partido justicialista. Con fecha 17 de septiembre de 1988, el presidente del
        Consejo Nacional del Partido Justicialista, Antonio Cafiero, contestó por

        escrito en los siguientes términos:

                 Tengo el agrado de dirigirme a ustedes contestando vuestra

                 atenta del día 5 del corriente, en la cual denuncian intentos

                 de fomentar el odio y la división en la sociedad argentina.
                 Me permito destacarles que el Partido Justicialista no tiene

                 órgano periodístico oficial alguno, por lo cual la revista

                 Jotapé no puede ser conceptuada como portadora del
                 pensamiento oficial de nuestro movimiento. No me cabe

                 duda de que todo intento de dividir los pueblos está siempre

                 direccionado a perfeccionar las desigualdades sociales y la

                 dependencia política.

          Pese a la desautorización de Cafiero, en el mismo mes, Jotapé aumentó
        la virulencia, a la par que convocaba a apoyar a Menem. E incluyó




             vía Ciudad del Este-Foz de Iguazú, y pasó a revistar en las filas del fundamentalismo

             chiita. En Irán realizó cursos políticomilitares y luego se dirigió a los campamentos
             que en el sur del Líbano tiene el Hezbollah, con sede en la ciudad de Baalbek. La
             organización guerrillera lo condecora como Fedayin. Aprovechando su visita a los

             campos de entrenamiento de terroristas, conoce a muchos de los comandantes de la
             Hezbollah y regresa a la Argentina. Instalado nuevamente en nuestro país, retorna a
             sus antiguas relaciones con miembros de la jefatura de inteligencia de Montoneros.
             Elía se desempeñó como asesor de prensa de Sinah Wahed, agregado cultural de la
             embajada de Irán. Más tarde pasa a ser el secretario político de Mohsen Rabbani».

          [12]  En 1977, en México, Galimberti reclutó a Zverko para sumarlo al cuerpo especial de
             custodia de Firmenich y demás jefes montoneros. Al triunfar la revolución sandinista
             en Nicaragua, Zverko fue uno de los enviados con una donación de un millón de

             dólares para el nuevo gobierno (Larraquy y Caballero, Galimberti. De Perón a Susana.
             De Montoneros a la CIA, ob. cit.).



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