Page 92 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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en asesor de la SIDE, sin haber sido importunado judicialmente con
[13]
preguntas acerca de su conocimiento personal sobre los atentados en la
Argentina. [14]
Con la ayuda del influyente Nemen Nader, Galimberti y otros
intermediarios de similar perfil, Menem le ganó a Antonio Cafiero la
interna peronista de julio de 1988 con el 53,5 por ciento de los votos, y
así el riojano quedó nominado como candidato para las elecciones
presidenciales del año siguiente. Una vez obtenida la victoria en las
internas, con la excusa de visitar a sus familiares y a la ciudad de sus
antepasados, Menem viajó a entrevistarse con el presidente sirio Hafez
Al Assad para obtener más dinero, ahora para financiar su campaña
electoral para la presidencia de la República. El riojano estaba dispuesto
a comprometerse a lo que fuera, sin límites de ninguna especie, con tal
de recibir el indispensable dinero con el que llegar a hacerse del poder
político de la Argentina.
La gira incluyó la localidad de Yabrud, situada a setenta y cinco
kilómetros al norte de Damasco, en la falda oriental de la cordillera del
[13] Su presencia en los servicios de inteligencia había sido denunciada por el periodista
Carlos Juvenal. Por su parte, Walter Goobar en 1996 se refirió a los vínculos de
Galimberti «con viejos conocidos de la Dirección de Contrainteligencia de la SIDE,
bautizada “base Estados Unidos”, por su ubicación en la calle del mismo nombre, que
es la encargada de investigar la conexión local del atentado contra la AMIA. El coronel
Pascual Guerrieri, alias “coronel Roca”, fue acusado por los organismos de derechos
humanos de haber dirigido dos campos de detención clandestinos que funcionaron
en los alrededores de Rosario. Según Martin Edwin Andersen, excorresponsal de
Newsweek en la Argentina y autor del libro Dossier secreto, en 1985 el coronel Pascual
Guerrieri “intervino en la campaña de amenazas contra sinagogas y escuelas judías
destinada a desestabilizar al gobierno de Alfonsín”» (Walter Goobar, El tercer atentado,
Buenos Aires, Sudamericana, 1996). Según los periodistas Marcelo Larraquy y Roberto
Caballero, el jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy, tenía una estrecha relación con
Galimberti, a quien le había presentado un importante grupo inversor árabe, del cual
Anzorreguy era «casi socio» (Larraquy y Caballero, Galimberti. De Perón a Susana. De
Montoneros a la CIA, ob. cit.).
[14] Galimberti también fue traficante de armas para Croacia y Bosnia como representante
de la empresa francesa GIAT Industries, que usaba la Argentina como punto de
triangulación.
3. Y en eso llegó Menem • 88 • Brindando sobre los escombros