Page 144 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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superficialmente cordiales con los investigadores argentinos, pero

        aludiendo a su asombrosa incapacidad. Citaban ejemplos de importantes

        pruebas forenses, como los escombros de la embajada destruida,

        removidos y retirados antes de realizar una adecuada investigación. Más

        adelante dejarían constancia de que «la investigación propiamente dicha
        no se había iniciado hasta seis años después de la explosión». Gordon

        señala que «el equipo del Mossad empezó a sondear discretamente

        el pasado del Presidente y la primera dama» y que descubrieron que
        «Menem tenía vínculos cercanos con miembros de grupos terroristas,

        dentro de la comunidad siria en la Argentina». Semanas después del

        atentado, el entonces embajador de Israel en la Argentina, Yitzhak

        Shefi, comenzó a poner en duda las versiones que señalaban en forma

        unidireccional a Irán y a terroristas inhallables como ejecutores del
        ataque. Shefi informó a Tel Aviv que —a diferencia de lo difundido

        públicamente— el día de la explosión los dos guardias de seguridad que

        normalmente se encontraban frente a la embajada estaban ausentes.
                                                                                                     [75]
        Uno de ellos había trabajado previamente seis años en la embajada siria.

        Refiere Gordon Thomas:

                 El equipo del Mossad descubrió que Zulema Menem

                 compartía el lugar de nacimiento —el pequeño pueblo

                 de Yabrud, en Siria— con una figura bien conocida para




          [75]  En el documental El tercero en camino del periodista Shlomo Slutzky, un irritado Shefi
             señala como ridícula la versión justificatoria de la ausencia del policía que se dijo

             estaba acompañándolo. En realidad, no fue el único efectivo policial que al momento
             del atentado desapareció de su lugar asignado en la sede diplomática. El autor de este
             libro asesoró como voluntario a la Comisión de Juicio Político a la Corte Suprema de

             Justicia de la Nación por la falta de investigación del atentado por la Corte menemista
             y en tal carácter pudo compulsar las declaraciones y actuaciones judiciales. El agente
             Ojeda se retiró del frente de la embajada a las 14:15 del 17 de marzo de 1992, sin esperar
             su reemplazo como era su obligación. El reemplazante agente Chiocchio no concurrió
             a las 14:00 como debía ni arribó al lugar cuarenta y siete minutos después, cuando

             ocurre la explosión. Tampoco cumplieron con su deber los agentes del móvil policial
             de la comisaría 15, Soto, Acha y Laciar, quienes tenían la obligación de solucionar la
             ausencia de custodia, pero en cambio se marcharon raudamente del lugar, invocando

             un hecho policial que no se corresponde con el horario. E incurrieron, todos ellos, en
             flagrantes contradicciones.



     3. Y en eso llegó Menem                       • 140 •                        Brindando sobre los escombros
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