Page 139 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
P. 139
acarrear descontroladas cantidades de armas y explosivos. En marzo
ocurriría el atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires.
Una testigo supo en marzo de 1992 —en las oficinas de la Iranian
Shipping Lines en Buenos Aires que ocupaba el ya mencionado Majid
Maschadi— que algo grave ocurriría, y dijo que trató de informarlo a la
embajada de Israel pero fue ignorada. Dalila Dujovne es la hija de un
reputado filósofo judeoargentino, León Dujovne. De muy joven tuvo
admiración por la cultura persa, la cual estudió profundamente, y un gran
interés por el zoroastrismo, la religión creada por Zoroastro en Persia. Así
fue que a fines de los años setenta, muy poco antes de la caída del sha,
viajó a Irán para recorrerla y profundizar sus conocimientos. En el hotel
Hilton de Teherán, cuenta Dujovne, «cuando un empleado se enteró que
era argentina, me hizo una amplia sonrisa, porque el almirante Quihillalt,
de nuestro país, estaba en esa época contratado por el sha Mohamed
Reza Pahlevi, para trabajar en energía atómica». Fuera de sus anécdotas
de viaje, cuando a fines de febrero de 1992 —unos veinte días antes del
atentado a la embajada— un iraní llamó a la agencia marítima Robinson
en la que Dujovne trabajaba para solicitar información sobre un posible
viaje, aceptó encantada concurrir a la oficina del hombre, que dijo estar
a cargo «de la marítima iraní». El posible cliente hablaba sólo farsí o
inglés, y según entendió Dujovne su nombre era «Machani». Combinó
con él un encuentro —según recuerda— para el 2 o 3 de marzo. Al llegar
al lugar, Dujovne vio un cartel que decía «Iranian Maritime Shipping
Lines». En su animada charla con el iraní, donde pudo transmitirle su
admiración por su país, se enteró de que, en el mismo mes de marzo
de 1992, Machani iba a presidir la oración en una mezquita de la calle
San Nicolás. Tiempo después se sabría que se trataba de la mezquita
4 de marzo de 1992, y la entrevista del autor con Eugenio Rom, director del Archivo
General de la Nación, titulada «Todavía hay que esperar; después diremos si es una
tomadura de pelo», en la misma edición. Rom negaba cualquier involucramiento del
gobierno de Perón en el suministro de documentación para amparar a nazis en la
Argentina. Por esos mismos días, figuras del gobierno tenían relaciones y traficaban
armas a Croacia con prominentes criminales de guerra croatas refugiados en el país
hacia 1947.
Brindando sobre los escombros • 135 • 3. Y en eso llegó Menem