Page 256 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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mismas fuentes de poder y dinero manchado de sangre se volcaron sobre

        funcionarios del gobierno y las arcas de algún banquero comunitario y

        sus adláteres.

           Supongamos… Hagamos de cuenta… que el banco de ese dirigente

        comunitario comienza a recibir cientos de millones de dólares del
        gobierno, sobre la base de su carisma y credibilidad en la colectividad. Y

        que, como contrapartida, ese dirigente judío se compromete a disciplinar

        a la comunidad, a acallar las críticas al gobierno y a sostener la historia
        oficial.

           Supongamos… Hagamos de cuenta… que ese banquero judío y sus

        abogados en la causa consienten el pago impulsado por el juez y el

        gobierno de cuatrocientos mil dólares y cinco mil dólares por mes

        durante dos años al reo Telleldín para que éste acuse a los corruptos
        policías bonaerenses de Duhalde. Y que, cuando trasciende el tema, esas

        mismas personalidades de la colectividad se encargan de desacreditar a

        los pocos periodistas que se interesan en desentrañar estas tremendas
        irregularidades.

           Supongamos… Hagamos de cuenta… que cuando el banquero-dirigente

        fue abucheado por una multitud en el acto del tercer aniversario del

        atentado, dejó de ser útil al gobierno y comenzó su caída. Y se aceleró el

        vaciamiento del banco hacia cuentas y empresas de su banda, que incluyó
        la evaporación de casi trescientos millones en unas pocas semanas,

        dejando un tendal de damnificados.

           Supongamos… Hagamos de cuenta… que parte de lo expuesto
        precedentemente fuera verdad evidente y ya comprobada, y otra

        buena parte pudiera investigarse y acreditarse. Sería un horror, y un

        desprestigio para muchos. Afortunadamente, un ecuménico grupo de

        tenaces protagonistas durante estos largos años sostuvo contra viento y

        marea que esos detalles menores son sólo burdas patrañas, inventadas
        por los defensores de los policías bonaerenses. El honor ante todo.

















     Epílogo - No me toquen la historia oficial    • 252 •                        Brindando sobre los escombros
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