Page 255 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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700 que tenía su camioneta en doble fila y temía la aparición de una de
las Trafic destinadas a labrar infracciones de tránsito, pasando por varias
víctimas sobrevivientes. Y que algunos de ellos fueron presionados para
que dijeran haber visto una Trafic.
Supongamos… Hagamos de cuenta… que el juzgado de instrucción, los
fiscales y la querella de la DAIA/AMIA dejaron fuera de la causa todo lo
que les desvirtuaba la historia oficial, y numerosos testigos presenciales
recién fueron llamados por primera vez muchos años después de los
hechos, cuando comenzó el juicio oral y debían declarar en el Tribunal.
Entre ellos, dos colectiveros afectados por la onda expansiva, que por
la ubicación en que quedaron sus grandes vehículos hubieran hecho
necesaria una arriesgada maniobra previa de sobrepaso por parte de la
supuesta Trafic bomba en una calle angosta, como lo son tanto Tucumán
como Pasteur. O una sobreviviente de un negocio de la vereda de enfrente
a la AMIA, que se encontraba sentada dentro del local y con su mirada
hacia el frente vidriado. Y muchos otros más.
Supongamos… Hagamos de cuenta… que la consigna de la
«investigación» hubiera sido a nivel local no salpicar a la Policía Federal,
a la SIDE ni a miembros de la mafia menemista y —menos aún— a los
gestores del tráfico de armas a los Balcanes, y se hubiera decidido echarle
todo el fardo a la maldita policía del enemigo Duhalde. Y que a nivel
internacional se hubiera «sugerido» evitar tocar cualquier pista que
implicara a jerarcas sirios, inconveniente no sólo por los vínculos con la
familia presidencial sino también por la coyuntura de Oriente Medio.
Supongamos… Hagamos de cuenta… que la «investigación» fue
manejada por agentes de inteligencia abiertamente antisemitas y nazis,
que apenas disimulaban su satisfacción por la mortal efectividad del
atentado. Y que «la causa» se constituyó en una formidable fuente de
viajes y fondos reservados.
Supongamos… Hagamos de cuenta… que algunos traficantes
internacionales de armas, droga y dinero sucio contribuyeron a amasar
varias de las más importantes fortunas menemistas, penetrando además
el aparato de seguridad del Estado. Y que el menemismo finalmente
desarrolló la tan ponderada «teoría del derrame» económico, cuando esas
Brindando sobre los escombros • 251 • Epílogo - No me toquen la historia oficial