Page 175 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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oficial desde que Néstor Kirchner resultara electo presidente de la Nación
—tras la defección de Menem a la segunda vuelta de la elección— y diera
luz verde para avanzar en la investigación del encubrimiento. Con el
gobierno aliancista de Fernando de la Rúa todo había resultado más
fácil, y los dirigentes judíos hasta habían logrado la remoción de Nilda
Garré al frente de la Unidad Especial de Investigación del Poder Ejecutivo
Nacional para el esclarecimiento del atentado de la AMIA cuando
Garré comenzó a tornarse molesta al revisar las irregularidades en la
investigación, el encubrimiento y la pista siria. El titular de la DAIA, José
Hercman, pidió entonces —con ayuda de los fiscales Müllen, Barbaccia
y Nisman — su separación del cargo, y el presidente radical —que se
[7]
encontraba buscando apoyo del menemismo, y pronto a escapar de la
Casa Rosada en helicóptero— le requirió la renuncia a la funcionaria por
medio del ministro de Justicia y hermano del primer mandatario, Jorge
de la Rúa.
Pero para desgracia de los seguidores de Rubén Beraja, en 2003, la
situación había cambiado: los garantes políticos del encubrimiento que
involucra a la DAIA ya no tenían poder, tornándose imprescindible apelar
al apoyo y a la presión de factores de exterior.
La DAIA resolvió entonces llevar su preocupación al Congreso Judío
Mundial. La circunstancia de que la flamante primera dama fuera la
senadora Cristina Fernández de Kirchner, quien integrara la comisión
del Congreso nacional de seguimiento de las investigaciones, con una
mirada muy crítica entonces sobre lo actuado por el juez Galeano y por la
propia dirigencia judía, intranquilizó al equipo del presidente de la DAIA,
Hercman, quien poco tiempo antes había homenajeado al comisario Fino
Palacios por su «contribución» con las investigaciones. En las líneas
siguientes se puede apreciar que las gestiones con factores del exterior
para presionar a la Justicia argentina comenzaron mucho antes de la
fecha del cable de Wikileaks.
[7] Tiempo después, Nisman se arrepintió y se disculpó ante Garré, pasando a ser
acusador de los otros dos exfiscales.
Brindando sobre los escombros • 171 • 4. El teatro