Page 178 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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La resolución fue redactada por la DAIA, y simplemente aprobada por

        el Congreso Judío. El objetivo principal de presionar al tribunal oral

        para no investigar el encubrimiento fue matizado esta vez con una tibia

        crítica al juez de instrucción por el «lento avance». Igualmente seguirían

        defendiendo al juez Galeano hasta su destitución.
          En esa misma semana de 2003 en que la DAIA —en un acto de ilegítima

        defensa— pedía que no se investigue la investigación, Néstor Kirchner

        asumió la presidencia, imponiendo fuertes cambios en la línea política
        imperante y en el perfil de las figuras elegidas para acompañar su gestión.

        Entre ellos, la SIDE, que defendía sus secretos bajo la jefatura de Miguel

        Ángel Toma, pasaba a ser dirigida por el diputado Sergio Acevedo, quien

        junto a las diputadas Carrió y Garré había sido uno de los impulsores

        del intento de juicio político a los miembros de la Corte iniciado en 2001,
        entre otros temas, por la no investigación del atentado a la embajada.

        El presidente de la Corte Suprema, Julio Nazareno —ex jefe de policía

        de La Rioja y socio del Estudio Jurídico Menem—, fue directamente
        confrontado por el nuevo titular del ejecutivo nacional, quien instó al

        Congreso a resolver el tema, dando comienzo al proceso de renovación

        que daría lugar a la Corte más prestigiosa en décadas. Y mientras la

        DAIA —con el asesoramiento político de Neuburguer— aún se encontraba

        distribuyendo la resolución de «apoyo» a su pedido de no investigar la
        investigación, a solicitud de la AMIA conducida en ese momento por un

        opositor a Beraja, Abraham Kaúl, Kirchner firmó el 5 de junio de 2003, a

        diez días de asumir la presidencia, un decreto en sentido contrario: liberó
        de secreto los sumarios internos de la SIDE que habían sido solicitados

        por el Tribunal Oral Federal n.° 3.8          [8]

          Pero la DAIA no se daría por vencida: la difusión de cables diplomáticos

        por Wikileaks dejó en evidencia años después las subsiguientes gestiones





           [8]  Las investigaciones de las trapisondas de la SIDE habían comenzado cuando el

             exprosecretario del juez Galeano, Claudio Lifschitz, denunció irregularidades
             gravísimas y actos de encubrimiento provenientes tanto de los servicios de
             inteligencia cuanto del propio juez. Pero la reacción de la DAIA y de la AMIA en

             ese momento fue querellar a Lifschitz pidiendo prisión contra él por «violación de
             secreto».



     4. El teatro                                   • 174 •                       Brindando sobre los escombros
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