Page 171 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
P. 171
haber evitado participar. Si bien la DAIA no manifestaba públicamente
los motivos de su disgusto con Kirchner, fuentes cercanas a la dirigencia
reconocían de soslayo que el enojo tenía que ver con la detención de
Beraja en la causa del Banco Mayo, con la destitución del comisario
Palacios, con la habilitación a los agentes de la SIDE para que declararan
en el juicio oral y revelaran cómo fue el pago a Telleldín, así como también
con la asunción oficial por parte del Estado de responsabilidad en la falta
de prevención y de investigación del atentado a la AMIA, entre otras
novedades impensadas durante el menemismo. Ante la repercusión
pública de la polémica planteada por la DAIA, se produjo un agrio
disenso en las entidades judías, por cuanto la AMIA en ese momento
estaba conducida por un dirigente de la vieja guardia laborista, Abraham
Kaúl, que salió a contestar a la DAIA, llegando incluso a mencionar la
posibilidad de desalojar a esta última del edificio de la mutual.
Los cruces de la DAIA con el kirchnerismo continuaron.
Ante el fallo del Tribunal Oral Federal n.° 3 que constató el vergonzoso
y delictivo armado de la mayoría de las actuaciones de la causa AMIA y
dispuso investigar a los responsables del engaño, Kirszenbaum lamentó
que el tribunal que juzgó el caso «compró la teoría de la conspiración»
para absolver a los acusados de haber colaborado en el ataque a la mutual
judía.
Néstor Kirchner reconoció la responsabilidad del Estado argentino
en el atentado a la AMIA y en su impunidad mediante el decreto 812 del
12 de julio de 2005, responsabilidad que había sido admitida por los
representantes del gobierno argentino ante la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, en marzo de ese año, con
motivo de la denuncia que hiciera Memoria Activa junto con el Centro
de Estudios Legales y Sociales (CELS) y el Centro por la Justicia y el
Derecho Internacional (CEJIL) en 1999. Tal reconocimiento oficial, para
la DAIA, implica dejar la puerta abierta al discernimiento de su propia
responsabilidad en el encubrimiento, por lo cual la entidad no ha dejado
de negar una y otra vez la existencia de complot alguno.
En junio de 2006, Kirszenbaum, en nombre de la DAIA, ante un
requerimiento judicial a Beraja, expresó «preocupación» porque «la
Brindando sobre los escombros • 167 • 4. El teatro