Page 172 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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Justicia citó a parte de las víctimas como imputados», y se quejó de la
sanción dispuesta por el Colegio Público de Abogados a Nercellas y a
Zaidemberg por su actuación en la causa AMIA. Poco después, en el acto
aniversario del 18 de julio, uno de los familiares alineados con la querella
oficial —Luis Czyczewsky— criticó al gobierno por la falta de avances en
la investigación, ante lo cual Néstor Kirchner respondió: «Yo no soy mago
ni Mandrake pero soy un tipo honesto, decente, creo en la Justicia y les
puedo asegurar que peleo contra toda la impunidad». Horas después, en
un acto en la provincia de Buenos Aires agregó: «Yo no tengo la culpa de
los acuerdos de allá, de esos dirigentes que los representaban a ustedes
con el gobierno menemista. Yo era gobernador de Santa Cruz». Y dejando
de lado los eufemismos apuntó abiertamente a la complicidad de la
DAIA: «Yo no participé para nada en el contubernio de alguna dirigencia
de la comunidad judía, de ese Beraja con el gobierno menemista que
se dedicaron a tapar pruebas». Kirchner aprovechó para mencionar las
medidas que tomó en pos del esclarecimiento, así como Cristina desde
la Comisión Bicameral, y pidió a la dirigencia judía un ejercicio de
autocrítica. El titular de la DAIA respondió que «no se puede transferir a
las víctimas la responsabilidad por la falta de justicia».
El mismo día, el presidente Kirchner recibió a los representantes
del Congreso Judío Mundial, de la DAIA y la AMIA en la Rosada, en un
marco ampliado que contó con la participación del jefe de Gabinete,
Alberto Fernández, el ministro de Justicia, Alberto Iribarne, y el titular
de la SIDE, Héctor Icazuriaga. También estuvieron los integrantes del
Congreso Judío Mundial, Edgar Bronfman (presidente), Shephen Herbits
(secretario general), Mendel Kaplan (presidente del ejecutivo), Eduardo
Elsztain (tesorero), Israel Singer, el director ejecutivo del Congreso Judío
Latinoamericano, Claudio Epelman, y el titular de la AMIA, Luis Grynwald.
Si bien Kirchner expresó su queja por el tono de algunos discursos, la
presencia de personalidades que apoyaban su gestión sirvió para limar
asperezas.
En la actualidad, a pesar de algunos cambios en la cúpula dirigencial
y lejos de cualquier atisbo de autocrítica, la DAIA continúa en su
huida hacia delante defendiendo a libro cerrado la actuación de Beraja
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