Page 208 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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la comunidad judía, lo cual se agudizó con la anulación que propició

        en 1999, desde la Cámara de Casación, de la condena agravada por la

        Ley Antidiscriminatoria contra tres skinheads neonazis que habían

        golpeado en forma salvaje a un muchacho al que suponían judío. Pero las

        imputaciones contra Bisordi fueron de lo más variadas. Entre ellas, cobró
        estado público un escrito en el que trató de «delincuente terrorista» a

        una sobreviviente del centro clandestino de la ESMA en tiempos de la

        dictadura, Graciela Daleo, además de llamar «defensor de criminales» a
        su abogado. Los sobrevivientes y familiares de víctimas de la dictadura

        lo acusaron ante el Consejo de la Magistratura por considerarlo un

        «enemigo manifiesto» de los organismos de derechos humanos. Así,

        con el aval público de Néstor Kirchner, fue impulsado el juicio político

        contra el polémico juez, que trató al expresidente de «aprendiz de
        déspota no ilustrado». En tal ocasión, salió a relucir otro antecedente

        complicado: Bisordi fue denunciado por la Cámara del Crimen porque

        habría tratado de ayudar de manera informal a un exjuez penal —Pablo
        Bruno— investigado bajo acusación de tolerar torturas para agilizar la

        resolución de un caso de robo. Según esa denuncia, tanto Bisordi como

        Adolfo Vázquez, por entonces aún juez de la Corte Suprema, habrían

        incurrido en el delito de «tráfico de influencias».  También fue acusado
                                                                         [6]
        de demorar injustificadamente causas vinculadas con la violación de
        derechos humanos en la dictadura. Finalmente, el 13 de junio de 2008,

        la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le aceptó la renuncia

        presentada en marzo de ese año. Con su apoyatura en Bisordi, D’Elía se
        encolumnó con lo más recalcitrante de la derecha «procesista».

          En uno de sus viajes a Irán se fotografió en compañía del sospechoso

        incriminado por la Justicia argentina, Mohsen Rabanni, y tiempo después

        mantuvo con él desde Buenos Aires una larguísima entrevista apologética

        para su programa de Radio Cooperativa.
          Rabbani se encuentra formalmente imputado como uno de los

        presuntos organizadores del atentado contra la AMIA, y en los años







           [6]  Revista Noticias, n.° 1579, http://www.revista-noticias.com.ar/comun/nota.
             php?art=283&ed=1579.



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