Page 212 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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palestino. La marcha partió desde el Obelisco y finalizó frente a la sede

        diplomática israelí. El titular de la Federación Tierra y Vivienda impulsó

        la demostración, que también fue convocada por la Confederación de

        Entidades Argentino Árabes (FEARAB), la Federación Argentino Palestina,

        la Asociación Madres Plaza de Mayo, la Federación Universitaria de
        Buenos Aires (FUBA), el Partido Obrero, el Partido Comunista, Quebracho

        y Socialismo Libertario, entre otras entidades. D’Elía, que en días

        anteriores había calificado de «nazi» al Estado judío, en su arenga lo
        acusó de realizar un «genocidio».

          Entre los infaltables manifestantes contra Israel se encuentra el grupo

        Quebracho. Luego de varias demostraciones de sus integrantes, con los

        rostros ocultos en capuchas y blandiendo palos, el 22 de enero de 2009 se

        unieron a Luis D’Elía en una violenta marcha contra la embajada de Israel,
        que incluyó desmanes y frustrados intentos por derribar las vallas que

        protegían el edificio de la sede diplomática en el centro porteño.

          Fue apenas veinticuatro horas después de que activistas de Quebracho
        y del Movimiento Teresa Rodríguez-Coordinadora de Unidad Barrial

        (MTR-CUBa) le rompieran la cabeza a un chofer de taxi frente al Congreso

        de la Nación, por intentar pasar por donde los encapuchados decidieron

        impedirlo. El jefe de Quebracho, Fernando Esteche, marchó con

        distintivos de Hezbollah, al igual que otros manifestantes, que fueron
        desde el Congreso Nacional hasta la sede diplomática israelí, ubicada

        en Avenida de Mayo y Chacabuco. El 26 de enero las manifestaciones

        incluyeron una demostración frente a la sede reconstruida de la AMIA,
        que era visitada por un funcionario israelí, y un escrache contra el

        empresario Eduardo Elsztain, dueño del Hotel Intercontinental, IRSA y

        Cresud, bajo la pretendida justificación de que se trataba del tesorero

        del Congreso Judío Mundial, tirando bombas de pintura contra la sede

        de una de sus empresas. En ese marco, Juan Carlos Beica, dirigente de
        una marginal agrupación política de izquierda denominada Convergencia

        Socialista, proclamó: «Vamos a ir a las oficinas de las empresas, al lugar

        donde se esconden las ratas, a escracharlos, pero si es necesario a tomar
        esas oficinas, a rodearlas y bloquearlas, exigiendo ahí, en el nido de ratas

        donde están los capitales sionistas, que se retiren de Gaza».






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