Page 168 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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acusado Telleldín, antes de que éste modificara su declaración mediante

        el pago de una suma de dinero. Los abogados de la AMIA en el juicio oral,

        Juan José Ávila y Miguel Bronfman, estaban preocupados. Esta causa

        iniciada a raíz de la denuncia de Lifschitz, el exprosecretario de Galeano,

        avanzaba despacio y sin mayor entusiasmo por parte del juez. Pero lo
        novedoso e inquietante para los abogados Ávila y Bronfman era que en

        las declaraciones de esa mañana se había mencionado la participación

        de Beraja en las oscuras negociaciones relativas a Telleldín y el video.
        Era un tema polémico, destinado a ganar los titulares de los periódicos

        del día siguiente. En el equipo de la querella oficial había preocupación

        de que no se volviera a instalar esa polémica en los medios, «que distrae

        los esfuerzos del tema central». La solución la acercó la abogada de

        DAIA, Marta Nercellas. Al finalizar un cuarto intermedio del juicio
        oral, regresó del despacho del aún juez Galeano, ubicado en el mismo

        edificio de la calle Comodoro Py, con una noticia impactante, mucho

        más atractiva que las declaraciones por el pago ilícito a Telledín: ¡se
        descubrió que el atentado a la AMIA lo había perpetrado la organización

        Al Qaeda conducida por Osama Bin Laden! Muy impresionante. Después

        del reciente atentado a las Torres Gemelas, perpetrado el mes anterior,

        semejante novedad estaba destinada a reinar en la agenda informativa

        por encima de cualquier otro tema. Y así fue, tras la rápida convocatoria
        a los cronistas allí acreditados. Según Nercellas y sus adláteres se

        encargaron de explicar, la prueba de que el responsable del atentado

        a la AMIA era el barbudo multimillonario estaba constituida por unas
        llamadas anónimas recibidas el año 2000 en el contestador telefónico

        de la embajada argentina en Arabia Saudita, «presuntamente» de Al

        Qaeda, en las que el grupo se adjudicaba una «explosión» en la Argentina

        y amenazaba objetivos de los Estados Unidos. El descubrimiento —

        aclararon— lo había hecho el año anterior el embajador Juan José
        Etchegoyen, hermano del fallecido exinterventor de la Aduana, Carlos

        Etchegoyen (una de las «muertes dudosas» del menemismo). Los

        periódicos se peleaban por anticipar la sensacional noticia de primera
        plana. A tal punto, que la publicación especializada DiarioJudicial.com

        sacó un importante aviso publicitario en diarios nacionales para mostrar






     4. El teatro                                  • 164 •                        Brindando sobre los escombros
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