Page 169 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky

que ellos dieron primero la información que revolucionaba la causa AMIA.

Vale la pena transcribirlo porque evidencia el clima generado con la

revelación. La publicidad decía así:

LA NOTiciA DEL DÍA ANTEs. 18/10 (18:42 h) Diario Judicial.

com: Bin Laden sería el autor del atentado a la AMIA.
19/10, La Nación: Al-Qaeda se atribuyó el ataque a la

AMIA y anticipó el atentado en los Estados Unidos. 19/10,

Clarín: Denuncian un nexo entre Bin Laden y uno de los
atentados en Buenos Aires. 19/10, Ámbito Financiero:

Al-Qaeda se atribuyó el atentado contra la AMIA.

Efectivamente, el Diario Judicial fue el primero en diseminar la especie

falsa que los principales periódicos del país llevarían horas después a sus

portadas como título principal. [6]
Los diarios de aquellas horas decían respecto de Etchegoyen que «hace

unos días recordó sus comunicaciones a la Cancillería ante la sospecha de

que ese importante dato no hubiera sido comunicado al juez Juan José
Galeano, quien investiga el atentado contra la AMIA». La discusión se

instaló con los abogados de Memoria Activa que salieron al cruce. Crónica,

con el título «Dudan que Bin Laden haya hecho volar la AMIA», dio cuenta

de la divergencia:

Es una nueva cortina de humo para tapar la investigación
deficiente del atentado a la AMIA, sentenció el abogado

Alberto Zuppi, de Memoria Activa, en tanto que Marta

Nercellas, de la DAIA, sostuvo que a los supuestos mensajes
de Al Qaeda les dieron carácter de muy serios en los Estados

Unidos.

[6] Según la biografía de Raúl Moneta escrita por la periodista Susana Viau (El banquero,
Buenos Aires, Planeta, 2001): «El Diario Judicial de Internet es propiedad de la esposa
del juez penal económico Marcelo Aguinsky, ligado con Carlos Corach y denunciado

por el cavallista Guillermo Francos ante el Consejo de la Magistratura por “armar” una
causa por contrabando que sustrajo de la justicia federal una parte sustancial de la
investigación por la venta ilegal de armas, aspirando hacia su jurisdicción al extitular

de Fabricaciones Militares, el riojano Luis Sarlenga, el hombre que siempre estuvo al
borde de la confesión».

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