Page 167 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
P. 167

de la comisión, que cumplieron un papel bochornoso ocultando las

        irregularidades del juzgado de Galeano que eran de su conocimiento.

          En septiembre de 2000, Lifschitz publicó un libro de edición particular

        titulado AMIA. Por qué se hizo fallar la investigación, en el que refería las

        internas de la SIDE y las investigaciones previas al atentado sobre una
        célula iraní vinculada con el ataque. Además, en treinta y seis páginas

        transcribía la desgrabación del famoso video con la charla entre Galeano

        y Telleldín. Prontamente, el equipo de abogados DAIA-AMIA promovió
        una querella contra Lifschitz pidiendo se lo someta a la pena de prisión

        por «violación de secreto».

          En el alegato final del juicio oral los abogados de Memoria Activa,

        encabezados por Pablo Jacoby, expresaron al respecto:

                 La enérgica oposición de la DAIA en el juicio oral al
                 levantamiento del secreto de los agentes de la SIDE fue un

                 hecho vergonzoso. El argumento utilizado fue que permitir

                 a los agentes secretos que declaren constituiría un peligro
                 para la seguridad del Estado. Sí, la DAIA protegió y privilegió

                 la seguridad del Estado en lugar de la averiguación de la

                 verdad, argumento que utilizó tantas veces para saltar las

                 reglas procesales cuando lo consideró conveniente. Tal

                 oposición al levantamiento del secreto demostró claramente
                 su voluntad encubridora. Lo que se vio corroborado

                 posteriormente, porque del testimonio de los espías surgió

                 nítido el pago de los cuatrocientos mil dólares por parte del
                 instructor del sumario a Telleldín, circunstancia que la DAIA

                 conocía desde el inicio, circunstancia que avaló, impulsó y

                 posteriormente ocultó.

          La «historia oficial» precisaba borrar las pistas locales y los negocios

        inconfesables sin borrar como acusado principal a Irán.

        Digamos que fue Bin Laden

        El activismo de la DAIA en tareas de distracción fue una constante. En

        octubre de 2001, en el juzgado federal a cargo de Claudio Bonadío se

        desarrolló una audiencia en la cual se revisó el meneado tema del famoso

        video: aquél donde se veía a Galeano departiendo amistosamente con el




     Brindando sobre los escombros                 • 163 •                                           4. El teatro
   162   163   164   165   166   167   168   169   170   171   172