Page 33 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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cuales debieron ser considerados obvios sospechosos en relación con
los atentados a la embajada de Israel y la AMIA. No fue así, y para sus
negocios avalados por el gobierno argentino, todos ellos precisaron de
los servicios de aduanas, migraciones, cargas y depósitos fiscales, que
controlaba el poderoso Yabrán.
Para la DAIA no existía contradicción en que la abogada que la
representaba defendiera ese tipo de intereses, así como los del imputado
Beraja. A poco de analizar los negocios de armas propiciados por Israel
y la Argentina, puede conjeturarse que no se trataba de intereses tan
diversos, tal como se desarrolla en el capítulo siguiente.
Pero antes que a Nercellas, al frente de toda la estrategia jurídica inicial
de la AMIA se colocó a un influyente abogado penalista.
Luis Dobniewski
Con el apoyo de Beraja, fue designado para representar a la AMIA en el
juicio. La participación de Dobniewski y Beraja junto con el gobierno de
Menem en los primeros años de la instrucción de la causa AMIA fue muy
intensa, no sólo a nivel jurídico. Eran frecuentes las reuniones como la
sostenida en la central de inteligencia argentina el 17 de julio de 1997, un
día antes de aquel tercer aniversario de la masacre en el que un sector de
los familiares de las víctimas denunció públicamente al Gobierno. En el
encuentro en la SIDE participaron Beraja, Dobniewski, el juez Galeano,
los fiscales Müllen y Barbaccia y el jefe de la Secretaría de Inteligencia,
Hugo Anzorreguy. Durante la reunión, Anzorreguy llamó a Carlos Menem
y le pasó el celular a Beraja para demostrar que estaban todos trabajando
para evitar o neutralizar críticas en el acto. Todos los contertulios serían
en algún momento procesados.
Dobniewski actuaba además como abogado de Marcelo Cattáneo en el
escándalo de las coimas IBM-Banco Nación, millonario negociado que
tocaba directamente al gobierno menemista. Su hermano, Juan Carlos
Cattáneo, era la mano derecha del secretario general de la Presidencia,
Alberto Kohan. Las coimas, las comisiones por ventas ilegales de armas,
el lavado de dinero y la mafia del oro circulaban por los mismos carriles.
Marcelo Cattáneo apareció misteriosamente «suicidado» en octubre de
1998, colgado en los fondos de la Ciudad Universitaria, con un recorte
Brindando sobre los escombros • 29 • 1. La «task force» judía