Page 83 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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asesoramiento prestado previamente por la dictadura militar (los
contratos de exportación entre INVAP S.E. e Irán se firmaron en 1988,
en el último tramo de la presidencia de Alfonsín; Cancillería ordenó
cancelarlos en 1991 por presiones de los Estados Unidos).
Como más adelante analizaremos, fue apenas unos meses antes del
atentado contra la embajada de Israel cuando los adinerados auspiciantes
de Menem comenzaron a considerarlo «traidor»: además de frustrarse
los contratos nucleares con Irán y los acuerdos con Siria, las redes de
lavado de dinero del narcotráfico, que eran vinculadas con Amira Yoma y
su esposo —el coronel de inteligencia siria Ibrahim Al Ibrahim—, fueron
escandalosamente expuestas en lo que fue conocido como el «Yomagate».
También por esos mismos días, Menem visitaría al máximo enemigo
de sus sponsors: Israel, país que desde los años cincuenta tiene como
prioridad estratégica permanente impedir que sus vecinos obtengan
tecnología nuclear, manteniendo su supremacía en ese campo.
Lo cierto es que Memen recibió decenas de millones de dólares para
alinearse contra Israel y los Estados Unidos, y terminó haciendo lo
contrario sin devolver, además, un peso. Las presiones directas de los
Estados Unidos, y por su intermedio de Israel, fueron determinantes en
el giro de ciento ochenta grados de la política exterior argentina y en el
incumplimiento de las promesas electorales. Por eso, tras las sangrientas
represalias en la Argentina de 1992 y 1994, ni a los Estados Unidos ni a
Israel les interesaba comprometer al cooptado Menem y su entorno sirio
o cuestionar sus pactos previos. En última instancia, también Bush padre
—antes como director de la CIA, luego como vicepresidente en el Irangate
y más tarde como presidente— supo tener vinculaciones y negocios non
sanctos, y los israelíes no se quedaban atrás, con frecuente colaboración
argentina, hasta la misma época de los atentados. Lo importante para los
gobiernos de los Estados Unidos e Israel era sostener la nueva alianza
de «relaciones carnales», (mientras Siria acababa de apoyar en el mismo
bando la expedición punitiva a Irak en la Guerra del Golfo). Además, les
era conveniente disimular sus propias falencias en tanto países que
lograron frustrar las promesas previas del presidente argentino, pero
que no fueron capaces de ayudar a prevenir o evitar las dramáticas
Brindando sobre los escombros • 79 • 3. Y en eso llegó Menem