Page 108 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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En octubre de 1991, Carlos Menem se convirtió en el primer presidente

        argentino en visitar Israel, en un viaje calificado como «histórico», que

        recogió en la prensa y en la sociedad israelí muestras de entusiasmo, y

        en el gobierno del primer ministro israelí Yitzhak Shamir un tratamiento

        muy calificado, recibiendo al mandatario argentino como a un verdadero
        estadista. Sostuvo allí encuentros con los principales líderes políticos,

        como el entonces opositor laborista Shimon Peres, visitó los principales

        lugares históricos y religiosos del país, tales como el Muro de los
        Lamentos, y se prestó al contacto espontáneo con la gente, en especial

        con latinoamericanos que le transmitían su afecto.

          Pero su pretendido rol de «mediador» en el conflicto de Oriente Medio

        se veía de entrada dificultado por la reticencia de algunos importantes

        países árabes a recibirlo luego de la etapa en Israel, habiendo conseguido
        sólo la aceptación de Túnez. Sólo cuando ya estaba arriba del avión,

        recibió la buena noticia de que Mubarak, presidente de Egipto, tendría un

        breve encuentro con él. Apuntaba una crónica periodística:
                 Menem, en el marco de una visita oficial que lo convertirá

                 en el primer jefe de Estado argentino en ejercicio que llega

                 en esa condición al Estado judío, había confirmado en la

                 madrugada de ayer, cuando la máquina que lo traía a Israel

                 hizo una escala técnica en las Islas Canarias, que se reuniría
                 después de su visita oficial a este país con el presidente

                 de Egipto. En realidad, todo resultó sorpresivo porque el

                 Presidente había programado visitas oficiales a Israel y
                 Túnez con un paso intermedio por Nápoles para una estada

                 privada.   [31]

          Además de encontrarse en entredicho el papel de mediador, algunos

        observadores mencionaban la necesidad de mantener delicados

        equilibrios. Se afirmaba que la preocupación del presidente argentino
        por entrevistarse con algún notable del mundo árabe respondía a uno

        de los principios fundamentales que rigen las relaciones argentinas con

        Oriente Medio: la equidistancia en las actitudes para con Israel y los






          [31]  Diario Popular, 2 de octubre de 1991.



     3. Y en eso llegó Menem                       • 104 •                        Brindando sobre los escombros
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