Page 109 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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países árabes; cualquier acto que favorezca al Estado judío debería ser

        compensado por una contrapartida similar hacia los Estados árabes, en

        razón de la importancia de las extensas colectividades judía y árabe de la

        Argentina. Si bien la cancillería argentina decía oficiosamente, el mismo

        día de la partida de Menem, que ni Egipto ni Siria tenían agenda para
        recibir al mandatario, durante el propio viaje los funcionarios argentinos

        lograron sortear el no de El Cairo y conseguir finalmente la cita con Hosni

        Mubarak. «Convencer a Hafez Al Assad parece haber sido más difícil.
        ¿Desconfiaría el dirigente sirio de las intenciones de Menem?», advertía

        por aquellos días el analista Norberto Méndez.  El tironeo con Siria
                                                                       [32]
        y el peligroso enojo de Al Assad con Menem pueden ser reconstruidos

        acudiendo a la cobertura periodística de aquel viaje.                 [33]

          La realidad fue que las autoridades sirias no querían ni verle la cara a
        Menem, quien no pudo volver a pisar Damasco por largo tiempo.

          Ya días antes de su viaje, La Nación  consignaba:
                                                          [34]
                 A todo esto, fuentes diplomáticas extranjeras revelaron
                 que la intención de Menem era visitar Siria, pero que este





           [32]  «¿Para qué fue Menem a Israel?», Nueva Sión, n.° 155, 11 de noviembre de 1991.
          [33]  En Clarín del 4 de octubre de 1991, Oscar Raúl Cardoso informaba desde Tel Aviv:

             «Ayer las fuentes de la comitiva argentina reiteraron que Menem viajaría a Damasco
             quizás antes de dos meses, aunque todo sugiere que el trámite de esta visita está
             aún en pañales». Por su parte, el enviado de La Nación daba cuenta del anuncio de
             la delegación, con el título «Menem irá a Siria para seguir con sus gestiones por la
             paz», pero dejaba entrever algunas dudas: «Si los usos y costumbres de la diplomacia

             internacional fueron respetados, cabe pensar que previo al anuncio de su visita
             a Siria hubo algún tipo de contacto con el gobierno de Hafez Al Assad, uno de los
             más enconados enemigos de Israel. En principio, la visita se concretaría dentro de

             los próximos dos meses, luego de la ya prevista a los Estados Unidos, según dijo el
             canciller Di Tella al ser consultado». Los diarios La Prensa, El Cronista y Ámbito
             Financiero, del 4 de octubre de 1991, también confirmaron la noticia. El enviado de
             Ámbito escribió que «por amor a su informalidad, Menem aceptó dialogar con un
             grupo de periodistas árabes que trabajan en Jerusalén (“mis hermanos de sangre”,

             les dijo) al bajar las escalinatas del Domo de la Roca, un imponente monumento
             musulmán de la Ciudad Vieja donde Mahoma se elevó hasta el cielo para comunicarse
             con Alá. Bajo los rayos del sol, Menem aseguró que en pocos meses más “estaré en

             Siria, la tierra de mis padres”. El canciller Guido Di Tella confirmó luego la noticia».
          [34]  La Nación, 4 de septiembre de 1991.



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