Page 113 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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Beraja para sucederlo), Luis Perelmuter, de la AMIA, Víctor
Leiderfarb, de la OSA, y el embajador de Israel, Yitzhak Shefi.
Se entonaron los himnos de la Argentina e Israel. Aplauso,
y una mujer de la platea gritó ¡viva el presidente Menem! Y
la gente, ¡viva! Y la señora, ¡viva el presidente Menem! Y la
gente, nada, y el presidente Menem, canchero, sólo se rio un
poco.
Abrió el acto de homenaje el presidente de la AMIA, Luis Perelmuter:
Este año 1991 seguramente pasará a los anales de la historia
[…]. El presidente argentino viajó a Israel, y llevó consigo un
mensaje de paz para Oriente Medio. Y he aquí que semanas
más tarde, en este 30 de octubre, se reúnen árabes e israelíes
en España para concertar la paz.
El entusiasmo del dirigente comunitario frente al papel internacional
de Menem le hizo acercarse a un trance místico, caracterizando la gira de
la que participó como «una vivencia inolvidable. Ese abrazo argentino-
israelí con proyección hacia una fraternidad universal, francamente hace
pensar si no estamos próximos a los días mesiánicos». Tal era el clima
existente en la comunidad judía, ajeno por completo a los peligros que
se cernían sobre ella. Así, el discurso del aún titular de la DAIA, David
Goldberg, destacó el significado histórico de la Conferencia de Paz y le
agradeció a Menem que hubiera cumplido con no habilitar la apertura
de una oficina de la OLP en el país «para no importar conflictos ajenos a
la Argentina». Goldberg le expresó que, al trasladar al Oriente Medio el
espíritu de verdadera hermandad que siempre reinó en nuestro país entre
árabes y judíos, «usted dio un ejemplo al mundo y ha coadyuvado a la
gestación del clima indispensable para la reunión de Madrid».
Luego de los aplausos, Menem empezó su alocución agradeciendo las
muestras de afecto y las palabras de sus predecesores, y prometió:
Yo sólo he recibido un mandato del pueblo argentino para
trabajar por su grandeza, pero ese mandato implica también
trabajar por toda la humanidad, por la justicia y por la paz.
Por eso fui a Israel, y volveré a hacerlo todas las veces que
Brindando sobre los escombros • 109 • 3. Y en eso llegó Menem