Page 126 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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a los serbios que contaban con un poderoso arsenal del ejército federal

        yugoslavo. Ante ello, el ministro de Defensa de Croacia, Gojko Susak,

        de estrechas relaciones con la diáspora croata y luego confidente del

        embajador norteamericano Peter Galbraith, viajó urgentemente a la

        Argentina. Días después, en octubre de 1991, Menem, González, Cavallo y
        Di Tella firmaron el decreto secreto 2283, permitiendo despachar dieciséis

        cañones Otto Melara de 155 mm y nada menos que ciento diecisiete

        contenedores, con «material bélico secreto», en violación al embargo de la
        ONU. Las armas fueron embarcadas en el carguero maltés Rijeka Express

        con otra declaración de destino falsa.            [50]

          El menemismo no sólo hizo el trabajo sucio de burlar el embargo de

        armas por pedido de los Estados Unidos, sino que también lo impulsó

        gustosamente porque era un negocio multimillonario, a pesar de que
        la Argentina enviara centenares de miembros de Cascos Azules para

        colaborar con la ONU en la búsqueda del cese de fuego, que podrían haber

        sido atacados con esas mismas armas. Durante este operativo ingresaron
        en Fabricaciones Militares unos cuarenta millones de dólares por las

        armas, pero los compradores pagaron a los intermediarios al menos

        cien millones. La diferencia se la quedaron los traficantes, con la cual

        distribuyeron jugosas coimas en la Argentina.

          Irán se hizo cargo de varios envíos y, además, pagó a Croacia más de
        cincuenta millones de dólares para el suministro de armas al ejército de

        Bosnia, de mayoría musulmana, destinado a la defensa durante la guerra

        de la ciudad de Bihac, tras un acuerdo entre representantes croatas,
        bosnios e iraníes.  La cantidad de armas trasladada a Croacia fue
                                [51]
        inmensa, entre otras cosas porque los croatas cobraban un costosísimo

        «impuesto de tránsito»: se quedaban con entre el veinte y el cincuenta por






          [50]  Según fundamentos de la sentencia de fecha 7 de noviembre de 2011 en autos
             «Sarlenga, Luis y otros s/contrabando de material bélico», del Tribunal Oral en lo Penal

             Económico n.° 3, que tuvo por acreditados los hechos pero que (por dos votos contra
             uno) no consideró que éstos tipifiquen la figura de «contrabando». El fallo fue apelado
             por la fiscalía.

          [51]  Así fue reconocido años después con todo detalle por el exviceministro de Exteriores
             bosnio, Ivica Misic.



     3. Y en eso llegó Menem                       • 122 •                        Brindando sobre los escombros
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