Page 158 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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Ante la difusión de los escándalos, una delegación enviada por la

        cancillería israelí encabezada por el funcionario Pinjas Avivi realizó

        diversas auditorías que constataron, en 2002 —cuando Avirán había

        dejado la función oficial—, numerosas irregularidades que se habían

        producido desde al menos seis años antes.
          De todos modos, al terminar su gestión como embajador, Avirán

        quedó con excelentes relaciones en el mundo político argentino y,

        particularmente, en el campo de las fuerzas de seguridad, con las que
        pudo capitalizar sus vinculaciones a partir de las diversas empresas

        israelíes del sector que pasó a representar.

           Se convirtió en gestor de la empresa israelí Umino, a la que se le

        adjudicó el equipamiento del centro de control de Ezeiza por parte de

        la firma Aeropuertos Argentina 2000. El jefe de seguridad de AA2000,
        contratado por el presidente de la compañía, Ernesto Gutiérrez, era el

        comisario general retirado Adrián Pelacchi, un oficial con experiencia:

        fue jefe de la Policía Federal y secretario de Seguridad con Carlos Menem.
        Pelacchi fue uno de los invitados a la fiestita realizada por Avirán para

        celebrar el brit milá (ceremonia de circuncisión) de su hijo recién nacido,

        fruto de su nuevo matrimonio con Andrea Bauab, exjefa de prensa de

        la embajada. También le acercaron sus saludos Hugo Franco, a cargo

        de Migraciones en el gobierno de Menem, y el inefable exministro del
        Interior, Carlos Vladimiro Corach. Este último ya había compartido

        alegrías con Avirán: cuando recibió la noticia de que para el período

        posmenemista había obtenido su designación como senador nacional y la
        consiguiente inmunidad, se encontraba con una copa de champagne en

        la mano en el departamento del diplomático israelí, quien le ofrecía un

        agasajo por el final de su mandato como ministro.

          El comisario Jorge «Fino» Palacios también supo tener amistades

        entre quienes manejaban la seguridad en el aeropuerto y, en particular,
        la de una de las empresas que allí operaba y que resultó involucrada en

        una sonada operación de narcotráfico, Southern Winds, a la cual habría

        brindado asesoramiento. Los abogados de Southern Winds resultaron
        ser Eamon Müllen y José María Barbaccia, los exfiscales de la causa

        AMIA removidos de su puesto y acusados penalmente en el marco de las






     4. El teatro                                  • 154 •                        Brindando sobre los escombros
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