Page 153 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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y judiciales, quizá porque fueron volcadas en el marco de una nota más

        extensa y con eje en otro tema. Pero lo cierto es que se trata de una

        asunción oficial, por parte de un representante del Estado de Israel, de

        una circunstancia soslayada por años.

          En nuestro país, el principal vocero exculpatorio del involucramiento
        sirio fue el embajador de Israel, Avirán, enviado en reemplazo del menos

        dócil Shefi. Tras la aparición del ejemplar de Nueva Sión de noviembre

        de 1999 con el título «¿Por qué se silenció la pista siria?», el periódico
        La Voz de Israel informaba sobre una reunión de Avirán con dirigentes

        comunitarios:

                 Lo más importante fue que el embajador Avirán pidió, no

                 una sino tres veces, la cabeza de Horacio Lutzky, el abogado

                 encargado de elaborar la presentación de la AMIA ante el
                 Tribunal de Ética de la mutual por lo hecho por la conducción

                 anterior. Avirán se dedicó un rato largo a argumentar su

                 pedido, parece que no le gustaron los corrillos sobre su
                 persona publicados en Nueva Sión.

          Por su parte, el presidente Carlos Menem declaró que iniciaría acciones

        legales contra el medio dirigido por el autor y contra el diario Río Negro,

        que en enero de 2000 publicó una documentada investigación sobre «la

        pista siria». No cumplió con su amenaza.
          El embajador Avirán, sin nada que reprochar a las autoridades

        argentinas por la inexistente investigación de los atentados, y en plena

        sintonía con el menemismo, dedicó su tiempo a concretar jugosos
        negocios. Con el poder político mostró un inédito nivel de acercamiento,

        que incluía la participación en eventos íntimos de varias de sus figuras

        más prominentes. Entre ellos, una fiesta de cumpleaños de Carlos Menem

        en Anillaco, el pueblo natal del Presidente en la provincia de La Rioja,

        en la cual fue el único representante diplomático. Sólo tuvo algunos
        enfrentamientos con la Corte Suprema de Justicia de entonces, que para

        justificar la absoluta falta de progreso en la investigación del atentado a

        la embajada —inacción instruida desde los más altos ámbitos políticos—
        comenzó a dar aire a las teorías del «autoatentado». Así ocurrió cuando el

        exministro del tribunal Adolfo Vázquez —uno de los jueces responsables






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