Page 166 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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reclamados por el Tribunal Oral Federal n.° 3 pudieran declarar sobre los
puntos oscuros de la investigación. Firmó como secretario de Inteligencia
junto al presidente Eduardo Duhalde dos decretos restringiendo esa
posibilidad. Y cuando el Tribunal Oral declaró la inconstitucionalidad de
esas disposiciones, Toma apeló ante el Tribunal de Casación, con lo cual
el juicio oral hubiera terminado antes de que esta cuestión fuera alguna
vez resuelta, de no ser por las decisiones tomadas semanas después por el
nuevo gobierno de Néstor Kirchner y el secretario de Inteligencia, Sergio
Acevedo, resolviendo el levantamiento del secreto por decreto.
La felicitación del gobierno de Israel a Toma se pareció a una anterior,
también de Israel, que mostró el entonces presidente de la Corte Suprema
de Justicia, Julio Nazareno, cuando se procuraba removerlo en juicio
político —entre otras causales— por la escandalosa falta de investigación
del atentado a la embajada, que durmió en la Corte durante varios años.
Así fue que promediando el juicio oral, el 25 de mayo de 2003, se
produjo la asunción de Néstor Kirchner como Presidente y, enseguida,
su carga contra la Corte Suprema menemista. Kirchner logró su
renovación y dictó un decreto para levantar el secreto de los agentes de
inteligencia con relación al atentado a la AMIA, a raíz de lo cual quedaron
definitivamente probadas algunas de las maniobras ilegales perpetradas
por la SIDE, como el pago a Telleldín. Fue a pedido de la AMIA (en aquel
momento a cargo del adversario de Beraja, Abraham Kaúl) que, el 5 de
junio de 2003, Kirchner firmó dicho decreto. La noticia fue anunciada en
la sala de prensa de la Casa Rosada al finalizar una reunión del presidente
Kirchner, el secretario de la SIDE, Sergio Acevedo, y el ministro del
Interior, Aníbal Fernández, con los directivos de la AMIA encabezados por
Kaúl. Este último no dudó en declarar que «por primera vez en nueve años
el Estado argentino ha tomado el atentado a la AMIA como una causa del
Estado argentino». Y, también por primera vez, una noticia de semejante
envergadura no era anunciada por la DAIA.
Por su parte, la entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner —
que en el año 2000 encabezaba la comisión bicameral— escuchó y dio
crédito a las denuncias de Lifschitz, a diferencia del resto de miembros
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