Page 249 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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Más allá de los resultados de las elecciones de la AMIA, lo cierto es que
las diferencias en el seno de la comunidad entre ortodoxos y no ortodoxos
son cada vez más pronunciadas, al punto de resultar factible avizorar
un futuro cismático, con una comunidad ultrarreligiosa separada del
judaísmo cultural, nacional, conservador o reformista. El rabino Goldman
piensa que así será, tanto en Israel como en la Argentina.
La relación de los «hombres de negro» con la Justicia civil tiene
parámetros muy diversos de los universalmente aceptados en Occidente.
El fatalismo inspira sus acciones, y para muchos de sus referentes, en
Israel o en la Argentina, dramas como el Holocausto o el atentado a la
AMIA ocurrieron como castigos divinos, en respuesta al apartamiento de
los judíos del cumplimiento de los preceptos de la Torá.
La lucha por la justicia terrenal no está entre sus prioridades, y la causa
AMIA no será jamás una preocupación central para quienes —en cambio—
tienen sí como cometido presionar para obtener la absolución de
cualquier cargo en su contra de quien fuera uno de sus mejores aliados:
Rubén Beraja. Las publicaciones que editan para sus fieles editorializan
en ese sentido, y varios de sus rabinos se dirigieron a los jueces de la
Cámara Federal en marzo de 2004 con una nota donde defendieron la
actuación del dirigente procesado por la caída del Banco Mayo. AISA
(Asociación Israelita Sefaradí Argentina) y los principales referentes de
los judíos de Alepo se encolumnaron tras la petición, que fue suscripta
por treinta y dos entidades, entre las que se contaron Jabad Lubavitch,
Asociación Sefaradí de Beneficencia Shebet Ajim, el templo Yeshurum,
Agudat Israel, centro comunitario Sucath David, Chalom y otras. Este
bloque de apoyo posee un sesgo político y religioso de contornos bien
definidos, con fuerza suficiente para disputar el mando interno y aspirar
a continuar imponiendo el color de la conducción comunitaria.
No se trata sólo de asuntos concernientes al rito religioso. El sello de
«representante» de la comunidad judía —a falta de cuestionamiento—
transmite una cuota de intervención en la opinión y el accionar
vinculados a derechos humanos, cultura y política nacional e
internacional.
Brindando sobre los escombros • 245 • 7. Cuando los religiosos vienen marchando