Page 244 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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que no sean la propia. En varias oportunidades dicha actitud dio lugar
a reclamos, a denuncias internas y a amenazas de recurrir a la justicia
nacional. En 2002, un Tribunal de Ética de la Comunidad Judía, que
funcionó durante un tiempo avalado por la propia AMIA (antes de la
llegada de los ortodoxos a la conducción), debió pronunciarse sobre la
cuestión. Sus miembros eran personalidades representativas de diversas
disciplinas: Santiago Kovadloff, Elías Neuman, Marcos Edery, Horacio
Roitman, Ángel Schindel, Juan Ulnik y Felipe Yaffe. [8]
Ante la denuncia formulada por Sofía Esther Quinteros de Abramovich,
quien efectuó su conversión al judaísmo por el Seminario Rabínico
Latinoamericano pero, por no haberlo hecho con el rito ortodoxo, no
se le permitió acceder al plan ACI de la AMIA de compra anticipada de
espacio en el cementerio, el Tribunal de Ética reprendió severamente
a las autoridades de la AMIA de entonces (tanto en la presidencia de
Oscar Hansman como en la posterior de Hugo Ostrower) y consignó que
«no cabe duda de que si se incoara por la denunciante una acción en los
Tribunales tendría excelentes oportunidades de resultar vencedora y
obligaría a la AMIA a darle sepultura en alguno de los cementerios que
administra». También recomendó a la AMIA que se abstenga de pregonar
su carácter de entidad central del judaísmo, en tanto parte de quienes
se consideran judíos en la Argentina no puedan ser incorporados como
socios con plenos derechos.
Más recientemente, en enero de 2008, el Movimiento Conservador
dio un paso más hacia la judicialización del conflicto. En una carta
dirigida al aún titular de la AMIA, Luis Grynwald, con la firma de más
de setecientas personas, de las cuales las primeras sesenta son rabinos
locales y de varios países latinoamericanos, los Estados Unidos e Israel,
[8] Su actuación independiente de las autoridades de la AMIA generó rispideces con sus
distintas comisiones directivas, que le restaron apoyo estructural y económico. Fuera
del caso aquí tratado, intervinieron en resonantes conflictos, como el proceso interno
instruido contra el extesorero Sergio Szpolski por la crisis financiera a que arrastró
a la mutual la caída del Banco Patricios, sumario donde se sancionó a la comisión
directiva que también integraban Oscar Hansman (presidente) y David Filc (secretario)
como responsables del manejo económico de la entidad.
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