Page 42 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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tropas fueron entrenadas junto a paramilitares colombianos por militares
israelíes retirados. Escobar colaboró con el intercambio de drogas por
armas para la Contra propiciado por la CIA —al igual que, el también
conocido en la Argentina, Monzer Al Kassar— según fue revelado
al estallar el escándalo Irán-Contras ante la comisión investigadora
del Congreso norteamericano. Contribuyó así con el operativo
contrainsurgente en América Central y con los paramilitares colombianos
enfrentados a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC), merced al producido de las millonarias cantidades de droga que
comercializó por años, especialmente hacia los Estados Unidos, sin trabas
de las fuerzas de seguridad norteamericanas. Es en esas circunstancias
en que participó del mismo tipo de emprendimientos clandestinos que
aquellos guiados habitualmente por argentinos e israelíes, con la tácita
aprobación de los Estados Unidos. Tras su muerte, su familia hallaría
refugio en la Argentina.
Agentes iraníes como John Pashai hicieron sigilosas compras de
armas y explosivos a Fabricaciones Militares (FM), mientras Irán
presionaba al gobierno argentino para que cumpliera con la entrega de
material y tecnología para el desarrollo nuclear, compromiso obligado
por un millonario contrato. Los Estados Unidos e Israel favorecieron la
ruta iraní de armas argentinas para los musulmanes bosnios, pero se
opusieron rotundamente a la provisión de elementos para el desarrollo
nuclear de Irán. En Buenos Aires, en un reducido tablero, los tres países
mantuvieron un inestable acuerdo en el envío de armas a los Balcanes,
pero se enfrentaron duramente en dos bandos opuestos respecto del
cumplimiento del convenio nuclear, objetivo estratégico central del
país de los ayatolas. La pulseada fue perdida por Irán, que en diciembre
de 1991 vio cómo el embarque de material nuclear que le estaba destinado
—ya cargado en el puerto bonaerense de Campana— fue abruptamente
suspendido por presión de los Estados Unidos. Entre los varios
intentos de apaciguar la indignación iraní, funcionarios argentinos se
comprometieron a suministrar armas y explosivos para los combatientes
islámicos que enfrentaban a los serbios en Bosnia, con el aval de los
Estados Unidos. Irán aceptaría el «premio consuelo», pero no dejaría de
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