Page 39 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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calle, a los medios, y defiendan a Israel, cada uno en su ámbito también».
[1]
Es lo único que esperan los emisarios israelíes: apoyo incondicional,
ningún cuestionamiento.
Lo cierto es que hay temas que en las conducciones comunitarias
constituyen un tabú, y que para los dirigentes no merecen ser siquiera
mencionados. Entre ellos, la existencia de intereses contrapuestos entre
Israel y las diversas comunidades judías. Divergencias que, si fueran
debidamente asumidas, permitirían un diálogo adulto y no una mera
relación subalterna a las necesidades del Estado judío.
Al menos en dos oportunidades, esa contradicción de objetivos afloró
trágicamente en la Argentina, con centenares de víctimas producidas
entre judíos argentinos.
En primer lugar, durante la última dictadura militar argentina de 1976
a 1983, autodenominada «Proceso de Reorganización Nacional», a la
cual Israel le vendió muy importantes cantidades de armas mientras la
represión afectaba desproporcionadamente a miembros de la colectividad
judía en relación con el porcentaje de judíos en la sociedad argentina,
[2]
ensañándose especialmente con los detenidos de ese origen, y con el
antisemitismo constituyéndose como ideología oficial apenas disimulada.
Además del suministro de armas, se desarrolló un canal de colaboración
entre el siniestro Batallón 601 de Inteligencia del Ejército y los servicios
de inteligencia israelíes, mientras represores argentinos y militares
israelíes coincidían en prestar onerosos servicios contrainsurgentes en
Centroamérica. Las justificaciones de Israel pueden ser diversas, desde
la necesidad de fortalecer la propia industria armamentística como
vector esencial de supervivencia del Estado, en un entorno de amenaza
[1] AJN, Agencia Judía de Noticias, 11 de junio de 2010.
[2] Mientras la población judía representaba el uno por ciento de la sociedad, los
desaparecidos de origen judío se estiman en un diez por ciento: diez veces más que su
porcentaje sobre la población. Los datos recopilados por el investigador Edy Kaufman,
el informe del Co. So. Fam Barcelona titulado «La violación de los derechos humanos
de argentinos judíos bajo el régimen militar» (1976-1983) y otros estudios consideran
que el porcentaje de desaparecidos judíos sería entre un once y un quince por ciento
del total y se estiman entre doce mil y veinte mil víctimas.
Brindando sobre los escombros • 35 • 2. Cuando todo comenzó