Page 46 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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pilotos y hombres de negocio, se involucraron en el tráfico de drogas,
y que los traficantes, por su parte, contribuyeron con dinero, armas,
aviones, pilotos, servicios aéreos y otros materiales para la Contra. [8]
A principios de los años noventa esa red de tráfico ilegal seguía
operativa, con varios de sus más destacados referentes actuando en la
Argentina.
Para poder contextualizar adecuadamente acontecimientos actuales
—como el apoyo de la embajada de Israel y de dirigentes judíos al
menemismo, al comisario Palacios, a Galeano, a Beraja y a diversos
sostenedores del encubrimiento de los atentados en la Argentina—
es entonces necesario ir hacia atrás, cuando argentinos e israelíes
comenzaron a desarrollar en conjunto peligrosos negocios clandestinos,
entre ellos la venta de armas a Irán, que otro 18 de julio, pero de 1981,
cobró sus primeras víctimas fatales argentinas.
Las estrechas relaciones entre Irán e Israel
Para muchos lectores puede resultar extraño, pero el entrelazamiento de
intereses entre Israel e Irán fue muy profundo y contó reiteradamente
con la participación de la Argentina y de agentes norteamericanos.
El acercamiento comienza a mediados de los años cincuenta, con la
intensificación del conflicto árabe-israelí y la crisis del canal de Suez. Por
entonces, el premier y estadista israelí David Ben-Gurion consideró la
posibilidad de formar una alianza con Turquía, Irán y Etiopía. Y promovió
varios encuentros secretos en 1958, de los que surgió un pacto de defensa
que fue conocido como «Alianza Periférica». La esencia de la doctrina
era que Oriente Medio incluye otros pueblos además de los árabes, y que
la población sumada de Israel, Irán, Etiopía, Somalía, Turquía y Chipre
rondaba los ochenta millones de habitantes. Dicha búsqueda de intereses
[8] Los fondos involucrados se movieron a través de las redes de tráfico de drogas y
operaciones de lavado de dinero. El informe Kerry sostuvo que varios de los traficantes
de drogas fueron notificados de que sus acciones contaban con el permiso del gobierno
de los Estados Unidos. Además, señaló que el Departamento de Estado aportó 806 000
dólares como «ayuda humanitaria» para los milicianos.
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