Page 64 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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su curso gritando muerte a los comunistas y a las FARC. Entre ellos, el
hijo de Gonzalo Rodríguez Gacha, Freddy, de diecisiete años. Escobar se
encontraba más comprometido con la guerra contra el Cartel de Cali, que
también tenía sus sicarios e instructores extranjeros.
En mayo de 1988, Yair Klein comenzó el segundo curso en Puerto Boyacá.
Esa localidad era definida por el establishment (y por el diario El Tiempo)
como «la capital antisubversiva de Colombia». El tercer curso fue en una
hacienda de Rodríguez Gacha en la región del Putumayo. Participaban
militares colombianos, y oficiales y suboficiales presenciaban las
prácticas.
Klein abandonó rápidamente Colombia cuando la revista colombiana
Semana informó, en abril de 1989, que cinco israelíes estaban entrenando
a grupos paramilitares vinculados con traficantes de cocaína. El
escándalo se generalizó el 21 de agosto de 1989, cuando el noticiero
nocturno de la NBC difundió una grabación de video en que un individuo
de lengua hebrea entrenaba a un grupo paramilitar del cartel, por medio
de un traductor al español. Difundida a los tres días apenas del asesinato
del candidato presidencial Luis Carlos Galán, la grabación llamó la
[27]
atención de todo el mundo. Una sentencia de un tribunal colombiano
[28]
que actuó a raíz de los acontecimientos señaló:
Las pruebas recopiladas en el proceso demuestran que el
señor Yair Gal Klein estuvo en el país instruyendo personal,
[27] Recientemente, el hijo de Pablo Escobar pidió disculpas a los hijos de este y de otros
políticos asesinados.
[28] 28 El hombre en la grabación era Klein, que organizó una compañía privada de
seguridad con el nombre de Vanguardia Ltda. La de Klein era una de las centenares
de firmas israelíes que comerciaban con armas y brindaban entrenamiento en el
extranjero, con permiso del Ministerio de Defensa israelí. Cuando estalló el escándalo,
las autoridades israelíes expresaron que se trataba de «actividades privadas» del
militar, que no contaban con aval ni conocimiento oficial. Tiempo después, la policía
colombiana descubrió doscientos quince rifles Galil en una finca de propiedad de
Rodríguez Gacha. Los colombianos suministraron los números de serie al gobierno
israelí, y éste identificó las armas como parte de un embarque remitido al gobierno
de Antigua y Barbuda. Se trataba de un embarque de cuatrocientos Galil, cien
subametralladoras mini Uzi y doscientos mil cartuchos que había salido del puerto
de Haifa a bordo de un carguero danés, el 29 de marzo de 1989, y llegó al puerto
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