Page 68 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky

los oscuros atentados en Buenos Aires y de los actuales acontecimientos

internacionales, merece ser revisado como se propone a continuación.

Como se verá, el canal de armas y explosivos traficados por agentes

iraníes en los noventa, desde Buenos Aires, tenía un fuerte historial

previo.

Argentinos, israelíes e iraníes. El otro 18 de julio

Cuando a mediados de 1978 el ayatola Khomeini abandonó la ciudad

santa de Nayef, se refugió en París, Francia. Allí fue donde su entorno

trabó relación con el argentino Héctor Villalón, «El Pájaro», exmontonero

que se convertiría en asesor político y jurídico de la revolución islámica y
que tendría participación en futuras negociaciones de armas para Irán a

cambio de la liberación de rehenes norteamericanos. [33]

Tras una etapa de incidentes y protestas populares, el 16 de enero de

1979, el sha Reza Pahlevi se exilia en Egipto y el 1.° de febrero Khomeini
regresa triunfalmente a Teherán. Con su dirección, los islamistas

rápidamente reprimen a los sectores más moderados y toman el control

de la revolución. El 31 de marzo de 1979, mediante un referéndum

supuestamente apoyado por el 99,9 por ciento de la población, es
respaldada la opción del clero de proclamar una república islámica. Poco

después se produce la sorpresiva toma de la embajada de los Estados

Unidos, que mantuvo rehenes por cuatrocientas cuarenta y cuatro

jornadas, los que sólo fueron liberados el mismo día en que asumía la
presidencia Ronald Reagan en lugar del derrotado Carter, el 20 de enero

de 1981, tras oscuras negociaciones que incluyeron la provisión de armas

a Irán. Los republicanos con la colaboración de la CIA consiguieron

retrasar la liberación para favorecer a Reagan, en tratativas donde Héctor
Villalón tuvo activa participación como intermediario.

El 7 de junio de 1981 seis jets F-15, bombarderos y ocho F-16 escoltas

partieron de Israel hacia Irak, donde atacaron y destruyeron el reactor

nuclear que Saddam Hussein había logrado erigir hasta un punto muy
cercano a su puesta en funcionamiento. El ataque fue precedido por un

[33] «Misión periodística en el Irán de los rehenes», por Albino Gómez, periodista, escritor
y diplomático, en Archivos del Presente, n.° 42, enero de 2007.

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