Page 70 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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israelíes y el régimen de Khomeini que cubría la provisión de trescientas

        sesenta toneladas de repuestos de fabricación norteamericana para

        tanques y municiones para las fuerzas revolucionarias iraníes. Los

        argentinos se hicieron cargo del transporte aéreo de la operación.  De su
                                                                                                [36]
        instrumentación surge que, en la primavera de 1981, una firma pantalla
        israelí vendió a Irán equipos militares por un valor de 27,9 millones de

        dólares. Los doce cargamentos de suministros tenían que enviarse de Tel

        Aviv a Teherán vía Larnaca, Chipre, en la compañía argentina de cargas
        aéreas Transporte Aéreo Rioplatense (TAR). El contrato entre TAR y los

        intermediarios británicos que trabajaban para los israelíes consignaba:

                 El charteador declara específicamente que el cargamento

                 de que se trata está compuesto por municiones. […] Por la

                 presente, las partes acuerdan que la ruta a recorrer según los
                 términos y condiciones de este convenio será la siguiente:

                 Ben-Gurion (Israel) / Larnaca (Chipre) / Teherán (Irán), y

                 viceversa.
          Transporte Aéreo Rioplatense pertenecía a altos oficiales retirados

        de la fuerza aérea argentina y obtuvo sus ganancias principalmente del

        tráfico de armas, que para el período de 1979 a 1980 llegaron a alrededor

        de treinta millones de dólares. De acuerdo con algunos informes,

        actuaba como compañía de cargas contratada por la CIA. Y, según vimos
        anteriormente, ya en 1977 se había revelado el envío de armas israelíes

        mediante estos aviones argentinos para Centroamérica.

          El 18 de julio de 1981 —justo trece años antes del atentado a la
        AMIA— fue derribado un avión de carga argentino de TAR, piloteado

        por el capitán Héctor Cordero, cerca de Ereván (Armenia) en la ex Unión

        Soviética y de la entonces triple frontera entre la Unión Soviética,

        Turquía e Irán. Viajaban además otros dos tripulantes argentinos (el

        primer oficial Hermere Boaso y el mecánico de vuelo José Bargueño) y un
        británico que no figuraba en los papeles de vuelo (Stuart J. McCafferty).







          [36]  Ariel Armony, La Argentina, los Estados Unidos y la Cruzada Anticomunista en

             América Central, 1977-1984, ob. cit., págs. 230-231, con cita detallada del documento
             que instrumentó el acuerdo.



     2. Cuando todo comenzó                         • 66 •                        Brindando sobre los escombros
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