Page 75 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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• Una guerra continua entre Irak —un país árabe enemigo— e Irán

            —un enemigo potencial bajo el régimen islámico— es un beneficio

             estratégico para Israel.

          • La guerra ha causado importantes grietas en el mundo árabe, con Siria

             y Libia apoyando a Irán, mientras otros países árabes apoyan a Irak.
           Como Shamir, muchos analistas observaban que finalmente

        prevalecerían los intereses tradicionales y comunes entre Israel e Irán,

        por sobre los coyunturales obstáculos ideológicos y religiosos que
        planteaba el régimen de Khomeini, a quien —a pesar de todo— seguían

        considerando un aliado.

          Por su parte, la Argentina, además de participar en las triangulaciones,

        ya le vendía a Irán de su propia producción, en especial a partir de la

        Guerra de Malvinas. Una de las operaciones más importantes pactadas
        con Irán durante el Proceso fue la venta de 275 mil proyectiles completos

        para cañones de 155 milímetros, a 295 dólares cada uno, por un total de

        más de ochenta millones de dólares. Semanas después de la operación,
        el coronel iraní traficante aparecería misteriosamente asesinado en

        Europa. El crimen no cerraría el mercado de armas argentino para

        Irán. Aparecerían otros intermediarios iraníes, y las ventas a Irán se

        ampliarían durante el gobierno radical.              [41]

          Al asumir la presidencia en 1983, Raúl Alfonsín cortó la venta de armas
        a los Contras y a los dictadores latinoamericanos, con lo cual Irán —con

        su avidez por armamento generada por la guerra con Irak— pasó a ser

        una opción central para la administración radical. Los requerimientos
        iraníes abarcaban misiles, aviones y fragatas misilísticas. El canciller

        Dante Caputo realizó al respecto una consulta con el secretario de Estado

        norteamericano, George Schultz, quien no quería que se alterara el

        equilibrio a favor de Irán con las fragatas, pero no obstaculizó la venta de

        armas de menor importancia. Por esa época, uno de los intermediarios
        que aparecían era el iraní John Pashai, el mismo que semanas antes del

        atentado a la AMIA —durante el gobierno de Carlos Menem— realizara

        extraños pedidos de explosivos a Fabricaciones Militares, según años






           [41]  Daniel Santoro, ob. cit.



     Brindando sobre los escombros                  • 71 •                              2. Cuando todo comenzó
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