Page 184 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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Capítulo 5



        AMIA y Lockerbie




                 Explosión. Masacre. Pistas falsas que ocultan la participación

                 conjunta sirio-iraní. El papel del traficante Al Kassar, intocable
                 por sus negocios con el poder. Una agrupación de familiares de

                 víctimas reclama y denuncia el encubrimiento y un juicio «armado».

                 Y dice que desde el gobierno se quiere cerrar el demorado proceso
                 con la condena a un par de personajes menores.



        El párrafo precedente no alude a la causa AMIA sino al juicio que se

        desarrolló en Holanda con relación al atentado que el 21 de diciembre de
        1988 derribó un avión de Pan Am sobre la localidad de Lockerbie, Escocia,

        matando a doscientas setenta personas. Los esfuerzos para desviar

        la investigación —llamativamente coincidentes en ambos procesos—
        emparentan los juicios de las matanzas de Lockerbie y de la AMIA de un

        modo asombroso, y por motivos muy similares.

          En Camp Zeist, Holanda, se desarrolló bajo la ley escocesa el juicio

        contra dos libios —Abdelbaset Ali Mohamed al-Megrahi y Al Amin Khalifa

        Fhimah— que trabajaban para las Líneas Aéreas Libias en el aeropuerto
        de Malta al momento del atentado de Lockerbie. Sin embargo, a lo

        largo del primer año de investigación, todas las pruebas e informes de

        inteligencia norteamericana y británica detallaban que el ataque había
        sido encargado por Irán a agentes sirios. Se trataba de una venganza

        por el derribamiento por parte de los Estados Unidos de un avión iraní

        de pasajeros sobre el Golfo Pérsico el 3 de julio de 1988, con doscientas

        noventa víctimas, apenas unos meses antes de la igualmente sangrienta

        revancha. Con claridad se detallaba la financiación iraní del ataque y el
        armado del operativo por parte del Frente Popular para la Liberación de

        Palestina-Comando General (PFLP-GC), con la dirección de Ahmed Jibril,

        con sede (y auspicio) en Siria. A pedido de los abogados de Pan Am, la
        Fuerza Aérea de los Estados Unidos admitió contar con una intercepción

        electrónica que revelaba que Alí Akbar Mohtashemi, ministro del Interior

        iraní, pagó diez millones de dólares para vengar la caída del avión de





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