Page 185 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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su país, según luego se publicó en distintos medios (The New York
Times, 27 de septiembre de 1989; Sunday Times, 29 de enero de 1989). La
inteligencia israelí también interceptó comunicaciones del mismo tenor
entre Mohtashemi y la embajada de Irán en Beirut (The Times, 20 de
septiembre de 1989). En abril de 1989, ante críticas sobre la investigación,
el FBI ya había revelado a la cadena CBS que tenían identificado a quien
llevó la bomba a bordo, un norteamericano-libanés de veintiún años
llamado Khalid Jaafar, a quien un miembro del PFLP-GC le incorporó el
explosivo en su valija sin que aquél lo supiera (The New York Times, 13 de
abril de 1989). Según demostraban las evidencias recogidas, el explosivo
había sido introducido en el aeropuerto de Frankfurt.
La pesquisa tocó la «línea roja» cuando se filtró a la prensa que en este
aeropuerto clave el sirio Monzer Al Kassar manejaba el tráfico de drogas,
contando con cómplices en la aduana. En este caso, si bien ninguno de los
funcionarios aduaneros se llamaba Ibrahim Al Ibrahim ni los depósitos
eran manejados por Yabrán, la investigación cambió radicalmente su
curso al evidenciarse las increíbles relaciones entre la mafia de Al Kassar
y funcionarios del gobierno de Bush.
Al igual que en la aduana y el aeropuerto de Buenos Aires, Al Kassar
contaba en Frankfurt con seguridades de no ser molestado ni controlado
en sus negocios ilícitos. Las vinculaciones de altos funcionarios de
gobiernos occidentales con uno de los mayores traficantes de armas y
drogas del mundo obturó la posibilidad de investigar la red de relaciones
del mafioso sirio utilizadas para cometer los atentados, tanto en la AMIA
como en Lockerbie.
El escándalo se desató cuando Pan Am, debiendo afrontar un juicio
multimillonario por las doscientas setenta muertes y el cuestionamiento
de sus medidas de seguridad, contrató una investigación privada a
cargo de una empresa de Nueva York llamada Interfor, presidida por un
exagente de inteligencia israelí de nombre Yuval Aviv. Interfor contaba
con una cartera de clientes de más de quinientas compañías.
En septiembre de 1989, mientras Menem tomaba sus primeras medidas
como presidente en la Argentina—entre ellas, la creación por decreto
634 en agosto de 1989 de un cargo especial en la aduana para Ibrahim Al
Brindando sobre los escombros • 181 • 5. AMIA y Lockerbie