Page 190 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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hermanos, Al Kassar edificó un imperio multimillonario con
operaciones de armas en Europa Oriental y Occidental.
También eran conocidos sus negocios con la organización terrorista de
Abu Nidal. Al Kassar, el compadre de los Menem y los Yoma, mantenía
oficinas en Varsovia y era el principal socio de la fábrica polaca de armas
Cenzin.
Recién en febrero de 2009, con Barack Obama en el poder, el «Príncipe
de Marbella» Al Kassar fue condenado en los Estados Unidos a treinta
años de prisión. [1]
En cuanto al juicio por el atentado de Lockerbie, tras sanciones de las
Naciones Unidas contra Libia y unas prolongadas negociaciones con el
líder libio Muammar Kadafi, éste procedió a la entrega de los acusados
el 5 de abril de 1999 a la policía escocesa en los Países Bajos, escogido
como territorio neutral. El 31 de enero de 2001, Abdelbaset Megrahi
fue condenado por asesinato, por un tribunal formado por tres jueces
escoceses, y sentenciado a prisión perpetua, y Fhimah fue absuelto, tras
un proceso que fue denunciado por importantes juristas de varios países
por sus serias irregularidades, y bajo acusación de haber existido un
grosero plantado de pruebas para desviar la investigación, a fin de ocultar
la pista sirio-iraní. Libia, tras reservadas y complejas negociaciones,
aceptó abonar diez millones de dólares por cada víctima, mientras se
levantaban todas las sanciones y restricciones comerciales que pesaban
sobre el país y se habilitaban excelentes negocios con Occidente. El
caso Lockerbie también tuvo su «Telleldín»: un comerciante de Malta
llamado Tony Gauci, al que se comprobó le pagaron por declarar haber
vendido una prenda de vestir, cuyo fragmento «encontrado» entre los
[1] Así fue tras haber caído en una trampa en España, donde se lo filmó en 2007 con
dos agentes encubiertos de la DEA, a los cuales ofreció vender a las FARC miles de
fusiles de asalto, fusiles de francotirador Dragunov, pistolas Makarov, dos millones de
cartuchos de 7,62 mm, 120 RPG lanzagranadas, 1650 cartuchos Pg-7V para granadas, y
2400 granadas RGO-78, por un valor de entre seis y ocho millones de dólares. Además,
el traficante sirio acordó adquirir y exportar sistemas de misiles tierra-aire para que
las FARC pudieran efectuar atentados contra helicópteros de los Estados Unidos en
Colombia. Junto con él fue condenado y llevado a prisión un chileno llamado Felipe
Moreno Godoy, quien era últimamente su mano derecha.
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