Page 241 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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La opinión de la ortodoxia era otra: «En nombre de la comunidad,
ignoramos totalmente que representen a la comunidad aquellos
que falsifican el título de rabino. Queremos que no nos metan más
en problemas con el Gobierno», afirmó Levin. Sostuvo que la única
dirigencia judía a la que hay que respetar es la de la AMIA, representada
por Borger y Ben Hamú, con lo cual también abrió el conflicto con la DAIA,
que tradicionalmente se ocupa de cuestiones políticas.
Para fundamentar su acusación contra Silvina Chemen por falsificación
de título, el religioso argumentó que «Maimónides dijo que ningún puesto
de dirigencia puede ser tomado por una mujer» y que «los rabinos que no
cumplen con la Torá al pie de la letra no pueden ser rabinos». También
expresó que Chemen con su actividad de rabina «está ofendiendo a
la Biblia», a la vez que volvió a descalificar a los conservadores.7 La
[7]
agrupación Polo del Judaísmo Plural formada por sectores progresistas
laicos calificó las declaraciones de Levin de «medievales» y preguntó
retóricamente: «¿Cuál habría sido la opinión de Golda Meier sobre las
patéticas afirmaciones del rabino Levin?».
La Asamblea Rabínica Latinoamericana —de la corriente denostada
por Levin— es un organismo del judaísmo conservador regional
perteneciente al movimiento Masortí que nuclea a más de 1700 líderes
espirituales en todo el mundo. En el mes de agosto de 2010 renovó
sus autoridades en elección interna indirecta, en la que el rabino de
Córdoba, Marcelo Polakoff, derrotó a Sergio Bergman por veintiséis
votos a tres. Mientras Bergman con su voto en 2008 permitió que la
ortodoxia manejara la AMIA, con su nuevo presidente la Asamblea salió
de inmediato a responder a Levin mediante un comunicado en el que
expresa que el líder ortodoxo no sólo está ofendiendo a los rabinos del
Movimiento Masortí sino, fundamentalmente, a miles y miles de familias
[7] No debe confundirse la expresión «conservadores», como corriente religiosa dentro
del judaísmo, con el mismo término en su acepción política. El Movimiento Judío
Conservador, al que perteneció el rabino activista por los derechos humanos Marshall
Meyer, suele tener afinidad con posturas de orientación liberal y progresista. Postulan
la necesidad de conservar la tradición desde un punto de vista no fundamentalista, en
lugar de reformarla o abandonarla, y asociándose a la modernidad.
Brindando sobre los escombros • 237 • 7. Cuando los religiosos vienen marchando