Page 118 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
P. 118
de Eichmann, Alois Brunner, responsable del envío a campos de
exterminio de cien mil judíos, prefirió como guarida Siria. [40]
La periodista alemana Gaby Weber cuenta que, gracias a Jorge Antonio,
el capital nazi escondido en Suiza era reciclado en la Argentina y volvía a
los balances alemanes como «ingreso por exportaciones». «Contratos
[41]
‘truchos’ y sobreprecios ‘lavan’ el dinero nazi», explica Weber, quien
también investigó las relaciones entre la dictadura militar argentina
y la Mercedes-Benz para la desaparición de activistas sindicales de la
fábrica. [42]
Definitivamente, Antonio no era un personaje menor en el poder de los
noventa.
En una entrevista con el historiador Felipe Pigna, reconoció haber sido
quien presentó a Menem con Perón, cuando aquél iba camino a Siria con
sus padres para casarse. Antonio respondió afirmativamente al pedido
del riojano, «primero, porque es peronista y, segundo, porque es hijo de
árabe, igual que yo». [43]
[40] Allí desempeñó un importante papel en la formación de la actual policía política de
aquel país. Hacia finales de 1990 disfrutaba de la protección personal de Hafez Al
Assad, cobrando una pensión de oficial del Ejército sirio. En 1984, la República Federal
de Alemania y, en 1989, Francia solicitaron sin éxito su extradición. Diario El País de
España, 6 de diciembre de 1990.
[41] Antonio recibió primero una fábrica de camiones, y fue designado por la empresa
Daimler-Benz como apoderado. En 1951 funda la firma Mercedes-Benz Argentina, que
serviría de base de operaciones para intercambios diversos con decenas de empresas
de similares características, como Deutz, Thyssen, Siemens y Krupp.
[42] En el documental Milagros no hay, Gaby Weber mostró la connivencia de la empresa
Mercedes-Benz con la dictadura militar y la cúpula del Sindicato de Mecánicos y
Afines del Transporte Automotor (Smata) que terminó en la desaparición de quince
obreros durante la última dictadura militar. En el Juicio por la Verdad en La Plata, el
gerente Tasselkraut reconoció ante el juez Leopoldo Schiffrin que la productividad
de la empresa había caído un treinta por ciento por los conflictos sindicales pero que
«después de un tiempo prudente esas cosas no volvieron a pasar». «¿El aumento de la
producción tuvo relación con los desaparecidos?», le preguntó el juez, ante lo cual el
gerente respondió: «Y… milagros no hay». Otro alto directivo de la empresa, David Filc,
a fines de los años noventa integraría la comisión directiva de la AMIA.
[43] Revista Noticias, enero de 2004.
3. Y en eso llegó Menem • 114 • Brindando sobre los escombros