Page 235 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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más terrenal de eximirse de brindar tres sacrificados años de sus
vidas al ejército israelí». Son muchos los que en Israel cuestionan los
privilegios de los hombres ultraortodoxos, el sesenta por ciento de los
cuales no trabaja y vive de subsidios estatales. Un estudio presentado
en 2010 por el Centro Taub para Estudios de las Políticas Sociales en
Israel, un instituto de investigación independiente, señaló que si la actual
proyección continúa, el 78 por ciento de los niños de escuelas primarias
en Israel para 2040 será ultraortodoxo o árabe, siendo ambos grupos los
de mayor índice de natalidad.
En nuestro país, diversos analistas opinan que el incremento del
espacio religioso se vio favorecido por el «debilitamiento del judaísmo
cultural laico». Fue una vertiente pujante en el cono sur con las
[6]
corrientes inmigratorias que llegaron trayendo las nuevas ideologías
judías en las primeras décadas del siglo pasado. Dicho debilitamiento
puede relacionarse con elementos negativos, como el exterminio y la
destrucción producidos por el Holocausto y la dictadura soviética, así
como con factores positivos, como la ruptura de las «paredes del gueto»
y el ascenso social (que producen dispersión), y la creación del Estado
de Israel que limita y minimiza el sentido del sionismo como importante
movimiento laico. El resquebrajamiento del judaísmo cultural generó
que el otro componente, el religioso, empezase a cobrar mayor relevancia
en particular en los años ochenta con el movimiento conservador, para
seguir en la década de 1990 con los grupos ortodoxos.
La ortodoxia considera que el relajamiento en el cumplimiento de los
preceptos religiosos y las tradiciones es responsable de la pérdida de
parte de la comunidad judía. Y sus voceros asignan buena parte de esa
responsabilidad a las dirigencias que presidieron las instituciones judías
por décadas, en su mayoría identificadas con corrientes laicas o de un
sesgo religioso apenas tradicionalista. Para remediar ese estado de cosas,
militantemente se propusieron acceder al control de la AMIA, para lo
cual afiliaron de manera masiva a sus prolíficas familias adherentes y
[6] Así, por ejemplo, el sociólogo y profesor de Pensamiento Judío, Judaísmo
Contemporáneo y Educación, Daniel Fainstein.
Brindando sobre los escombros • 231 • 7. Cuando los religiosos vienen marchando