Page 238 - Brindando sobre los escombros - La dirigencia judía y los atentados: entre la denuncia y el encubrimiento - Edición del autor, (c) 2012 - 2024 Horacio Lutzky
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reitero es que reforzaremos el papel de AMIA como el representante de

        todos los judíos sin exclusiones», explicó Borger en un comunicado. Sin

        embargo, los cruces no cesarían.

          El acto oficial del aniversario al atentado a la AMIA del 18 de julio de

        2009 fue pospuesto para el 18 del mes siguiente por el alerta de gripe
        aviar que por esos meses impuso en el país evitar las aglomeraciones

        de público. El 18 de julio, un día sábado, un grupo de familiares de

        las víctimas se propuso al menos dejar flores en el frente de la sede
        reconstruida, que recuerda los nombres de los muertos en el atentado.

        Fueron acompañados por algunos dirigentes comunitarios de la vieja

        guardia, a los que se sumó el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Borger

        repudió públicamente dicha demostración, por violatoria a la santidad del

        sábado, considerándola un acto contra la dirigencia que integra. «¿Cómo
        puede ser que en un shabat se acerquen a la puerta del edificio para poner

        una flor?», se quejó. El anterior presidente de la AMIA, Luis Grynwald

       —que al momento del atentado era tesorero de la institución y a quien
        la explosión encontró a dos cuadras de la sede atacada—, contestó con

        una carta abierta que circuló profusamente por e-mail. Allí justificó su

        presencia en el homenaje y dijo:

                 Quisiera recordarle al actual presidente de la AMIA que

                 él representa en su función a todos los miembros de la
                 comunidad: a laicos, conservadores, ateos, seculares y

                 ortodoxos por igual, y que acorde a esa función no le cabe

                 juzgar al resto, sino comprenderlos desde la humildad.
          Y lo llamó a encontrar

                 […] equilibrio entre tradición y modernidad, rechazando

                 de manera categórica el pensamiento autoritario y

                 acompañando aquella máxima de Elie Wiesel: «Ser judío no

                 significa pretender que el mundo sea más judío, sino que sea
                 más humano».

          También se sumó para responder a Borger, a través de una columna en

        Página /12, el exvicepresidente de la AMIA, José Adaszko, señalando:
                 Representa un verdadero peligro para la tradicional vida

                 democrática de nuestra comunidad el pensar que un sector






     7. Cuando los religiosos vienen marchando     • 234 •                        Brindando sobre los escombros
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